Urban Lab GT, una entidad dedicada a la solución de problemas territoriales y especializada en diseño urbano, planificación urbana y ordenamiento territorial para el sector público y privado, realizó un diálogo ciudadano denominado “51 días de crisis en Quetzaltenango”. Con un panel conformado por activistas de sociedad civil, arquitectos y reporteros, se discutió respecto a la problemática iniciada por el bloqueo en el Valle de Palajunoj, donde se ubica el vertedero de la Ciudad de Quetzaltenango.

Desde el pasado 1 de marzo, el bloqueo no ha permitido el ingreso regular de camiones recolectores al relleno sanitario, por lo que se inició una crisis ambiental sin precedentes en el municipio. Se ha reportado que más de 800 toneladas de basura se han acumulado en el casco urbano quetzalteco.

Por otro lado, los manifestantes han exigido el derogamiento del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y han denunciado que las actuales autoridades habían ofrecido durante la campaña electoral eliminar esta normativa que es utilizada para regular el desarrollo del municipio dentro de su jurisdicción. Sin embargo, tanto la municipalidad como un fallo de la Corte de Constitucionalidad han negado poder quitar el POT para este sector.

Para el arquitecto Marco Chávez, “es un problema político. Se tiene que trabajar con planes y políticas de gobierno coherentes con los contextos del territorio. Si no hay una planificación estratégica, como la creación de vertederos apropiados, espacios públicos, mercados o transporte público, el POT se convierte en un instrumento regulatorio y normativo.”

Samuel Álvarez Morales, panelista en el foro, explicó que existe “una necesidad de exteriorizar la rabia y molestia que existe como ciudadanos sobre toda esta crisis.

¿Cuál es el delito que consideran esta crisis? ¿El POT? ¿El populismo de ofrecimientos de campaña o el capricho de una comunidad que parecía invisible? El alcalde está acostumbrado a resolver problemas como todo empresario. Con dinero o a punta de billete. Los comunitarios han tenido un planteamiento bastante sólido y que han trascendido de las demandas del POT.”

La labor del alcalde de Quetzaltenango, Juan Fernando López, ha sido criticada desde varios sectores de la población por el mal manejo de la crisis. La comuna​ tuvo que recurrir a transportar basura en varios camiones hacia otros municipios como Coatepeque, incluso a Suchitepéquez, donde existen algunos vertederos improvisados o privados. Sin embargo, estas decisiones fueron denunciadas por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), debido a la falta de viabilidad en el manejo de desechos sólidos y a la contaminación de otros sectores.

“Antes de pensar en el POT y la falta de tratamiento de la basura, el problema suscita un incumplimiento de la campaña actual del alcalde. Su mayor estrategia es ser ejecutores de proyectos y no de planes de Gobierno. Debemos empezar a pensar qué hacer, porque estamos cerca de las elecciones. Son estrategias de biopolítica, dedicadas a dar alivio temporal a las necesidades básicas de las personas.Con o sin el POT, la crisis de basura iba a explotar. Si se suspende el POT, el problema de contaminación seguirá” aseguró Misael Pablo, ingeniero civil y residente de Quetzaltenango.

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